En el mundo del fútbol, cada vez más esas tecnologías son usadas para visionar una y otra vez aspectos esenciales antes de un encuentro, espiar rivales o intentar, como si de un estratega se tratara, llevar el comúnmente conocido como factor sorpresa a la práctica para intentar obtener la victoria en muchas ocasiones en las que la contienda se complica.Saques de esquina ensayados, jugadas a balón parado y múltiples situaciones que puedan existir en un partido se dan lugar en muchos de los laboratorios que ya suelen montar muchos de los entrenadores más perfeccionista del balompié.
En el fútbol moderno, que es el que en mi opinión considero como el que la mayoría de clubes suelen desarrollar en la actualidad,en relación al concepto, con independencia del fútbol que practiquen, el rol del lateral ha variado de forma sustancial con respecto a lo que tradicionalmente todos pensábamos cuando se nos nombraba la palabra de esta posición ocupada por un futbolista en casi la totalidad de equipos.
Viendo el martes el Sttutgart-FC Barcelona, la conclusión que saqué más incluso por encima del espeso juego que desarrolló el conjunto de Pep, es que hoy día, los entrenadores que aboguen por ese estilo de fútbol moderno, caracterizado por el continuo movimiento de jugadores para la obtención de espacios, necesitan sin duda alguna, a laterales que hagan la función del llamado factor sorpresa.
¿Por qué?
Porque los vídeos te permiten ver la situación de un equipo en el campo, te permiten ver las diferentes vasculaciones del conjunto, las diferentes salidas de balón…Pero cuando todo está, lo que llamamos coloquialmente embarullado, necesitas ese agente inesperado, ese que te permite desequilibrar el equilibrio existente y conseguir romper el partido por la zona donde más ocasiones se crean, a pesar de lo que muchos promulgan aún.

Y el otro día se vio más que nunca, que Dani Alves en este Barça tiene la misma o más importancia que jugadores como Xavi o Iniesta. Porque él realmente no juega de lateral…yo lo llamaría un 'extremo que baja a defender'. Es vital.
Se vio el martes que los azulgranas no jugaban por la derecha, que Puyol no es ni mucho menos lateral, y que Maxwell posiblemente no está a la altura de lo que Guardiola buscaba. Y es que no se vio en ningún momento esa sorpresa, esa llegada desbocante desde atrás que te permite tener más líneas de pases y a la vez más ocasiones de gol .Debe ser un atacante más cuando el ataque puro esté atascado.

Como hablamos de Dani, podemos hablar de otros grandes laterales modernos como Filipe, Abidal, Maicon, Cole, Lahm, Rafael Da Silva- ojo a este chaval del United- Benoît Trémoulinas- espectacular este chaval del Girondins, o el mismo Stefano Celozzi, entre muchos otros- me gustó mucho el alemán del Sttutgart a pesar de tener mucho menos nivel que los citados, pero puede ser un jugador de referencia próximamamente-que ahora parece que recogen el testigo del modelo impuesto por el gran Cafú o Roberto Carlos, posiblemente los mejores laterales de los últimos años junto con el adorado Paolo Maldini.

Y es que es algo esencial jugar con laterales de este calibre y de esta implicación en el ataque como demuestran jugadores de este perfil.
No significa que todos los equipos dispongan de un futbolista de estas características, pero sí que es verdad que la forma más extraordinaria de sorprender es entrar por donde parece que nadie puede creer que lo vas a hacer. Y el lateral moderno cumple esa función, la de ofrecer esa salida al equipo cuando las líneas de arriba encuentran mucho tráfico.
Podemos denominarlos como el principio activo de la Eparina, aquel que vuelve a coagular el juego en el momento en el que se hace bastante espeso.
La importancia del lateral ha cambiado, ya no sólo defiende sino que ataca cuando el equipo lo necesita, cuando el equipo exige una salida.
La sorpresa ha llegado, desde un lugar que nadie podría antes considerar como importante y que en función de las cualidades del jugador puede hacer que ese factor conocido como desastacador, sea un agente vital en el esqueleto del equipo.